Hace 20 años que navego por los mares de la inmobiliaria y lo hice con una misión “aportar felicidad a las personas que transitan por nuestro camino” a través de una visión, trabajar por encargos personalizados para las personas que confían y creen en mi.

Hace 20 años que navego por los mares de la inmobiliaria y lo hice con una misión “aportar felicidad a las personas que transitan por nuestro camino” a través de una visión, trabajar por encargos personalizados para las personas que confían y creen en mi.
Durante este tiempo hemos tenido imprecisiones, errores y aciertos, con el denominador común de la entrega y el amor por las personas, pero sobre todo nos hemos ocupado de mejorar. Y en esa mejora, una de las claves ha sido aprender a escuchar.
Siempre les digo a mi equipo que lo esencial es escuchar activamente, para entender a las personas que se acercan a ti.
Lo esencial es escuchar, escuchar y escuchar. Todo empieza antes.
Muchas personas que trabajan en el sector inmobiliario, hablan y hablan con explicaciones de poco valor, muy evidentes y obvias, sin conocer las necesidades o los motivos de esas personas que tienen enfrente, que quieren comprar o quieren vender una vivienda.
Cuando escuchamos activamente, con atención, estamos teniendo todo el respeto hacia esas personas que nos están hablando de su vida, de sus necesidades y en muchos casos de sus sentimientos. Y nosotros somos meramente instrumentos de solución, de luz para esas personas que nos necesitan y se ponen en nuestras manos y en las de nuestra empresa.
A las personas que han formado parte de mi equipo a lo largo de estos años, siempre les he transmitido los valores esenciales de Mediterránea RE y que intenten entender la profesión desde el origen.
Las personas nos contratan por dos motivos, porque confían y creen en ti y porque eres un profesional, si uno de los dos no se cumple, la magia no puede surgir.
Todo empieza antes, todo empieza por escuchar…